Buenos días:
Habiendo leído su amable oferta, debo admitir que para cualquier escritor serio es un desafío con más facetas que a primera vista sugiere el plasmar en poco más de 100 páginas algo, no ya en el campo de la sexualidad, sino que -según parece- dentro de su aspecto referido a la seducción.
Es muy fácil en estos casos recurrir a lo abstruso, lo aséptico o lo morboso; es también sencillo saber evitar lo incómodo vistiéndolo de búsqueda del buen gusto; Es muy fácil, en definitiva, dejar al lector de estas áreas sin una información que si busca allí es por algo, y si lo hace en el silencio de unas páginas, suele ser porque el momento de compartir se elige y el de reservar, también.
Informar aquí con tacto, pero a la vez sin mojigatería y hacer del rigor algo que ni falte al estilo ni resulte abstruso o asuma aspectos que el lector no ha de porqué saber, es el desafío al que me venía refiriendo -cosa que, admito, hace tanto más motivador un encargo-.
Si llegáramos a un acuerdo, pueden tener la certeza de que su proyecto sería estudiado por mi parte con el máximo detalle, y llevado a cabo siempre dentro de toda profesionalidad.
Mis mejores saludos
Carlos de los Ríos